La jornada de despedida del Papa Francisco comenzó con un emotivo funeral en la Plaza de San Pedro, donde se congregaron aproximadamente 250,000 personas, incluyendo dignatarios de todo el mundo. Este evento marcó un momento significativo en la historia de la Iglesia Católica, ya que el pontífice argentino será inhumado en la basílica de Santa María la Mayor, un lugar que simboliza su conexión con Roma y su legado.
El féretro del Papa fue transportado en un papamóvil blanco, un vehículo emblemático que ha sido parte de su imagen durante su pontificado. El cortejo fúnebre recorrió las calles de la Ciudad Eterna, pasando por lugares icónicos como el Coliseo y los Foros Imperiales, donde miles de ciudadanos se detuvieron para rendir homenaje al líder espiritual.
El funeral fue un evento de gran magnitud, no solo por la cantidad de asistentes, sino también por la presencia de figuras destacadas como líderes mundiales. Durante la ceremonia, el cardenal decano destacó los «innumerables» esfuerzos del Papa en defensa de los migrantes y refugiados, subrayando su enfoque en la justicia social y el medio ambiente. En su homilía, se resaltó cómo el Papa Francisco siempre estuvo «en medio de la gente», mostrando un corazón abierto hacia todos, especialmente hacia los más necesitados.
A pesar de su fallecimiento, la influencia del Papa sigue vigente. Semanas antes de su muerte, había criticado la política de expulsión de migrantes en Estados Unidos, lo que no impidió que varios líderes, incluido Donald Trump, reconocieran su impacto positivo y su amor por la humanidad. En este contexto, el cardenal recordó su constante llamado a la paz, especialmente en momentos de conflicto, como la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha marcado la agenda internacional.
La jornada de despedida no solo fue un tributo a su vida, sino también un momento de reflexión sobre su legado. Muchos asistentes llegaron desde temprano para asegurarse un lugar en la ceremonia, deseosos de expresar su gratitud y admiración. «No fue solo el Papa, fue la definición de lo que es un ser humano», comentó un fiel, resaltando la conexión que muchos sentían con él.
Durante tres días de capilla ardiente, se estima que 250,000 personas pasaron por el lugar para rendir sus respetos. Entre los asistentes se encontraban presidentes, monarcas y figuras influyentes de diversas naciones, todos unidos en su deseo de honrar al líder de 1,400 millones de católicos en todo el mundo. Francisco falleció a los 88 años debido a un ictus, poco después de haber sido dado de alta tras una hospitalización prolongada.
La ceremonia igualmente despertó mucho interés en su tierra natal, Argentina, donde se llevaron a cabo vigilias y eventos para honrar su vida y legado. En la Plaza de Mayo, jóvenes se congregaron para festejar su existencia con música y velas, convirtiendo su pesar en un símbolo de optimismo.
El viaje del Papa hacia su lugar de descanso final se llevó a cabo bajo rigurosas medidas de seguridad, lo que incluyó una zona donde no se permitía el vuelo sobre Roma. Su sepulcro, reflejando su carácter humilde, será elaborado con mármol de la región de donde provenía su familia, llevando solamente la inscripción «Franciscus».
Francisco, famoso por su estilo de vida modesto y su dedicación a las causas sociales, optó por llevar una vida sencilla durante su tiempo como líder de la Iglesia. A pesar de su alto cargo, siempre trató de estar cerca de las personas comunes, usando el transporte público y compartiendo su comida con aquellos que se encuentran en situaciones difíciles.
Su legado abarca no solo su combate contra la pederastia en la Iglesia y su esfuerzo por un rol más relevante para mujeres y laicos, sino también su habilidad para relacionarse con las personas. La selección de su sucesor tendrá lugar en un cónclave que se reunirá dentro de un periodo de 15 a 20 días tras su fallecimiento, aunque podría efectuarse antes si así lo deciden los cardenales.
El Papa Francisco será recordado en la memoria común como un líder que luchó por los desfavorecidos, un defensor de la armonía y un hombre de creencias que intentó cambiar el mundo. Su marcha señala el cierre de una etapa y deja un legado que continuará motivando a las futuras generaciones.